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miércoles, 16 de abril de 2025

Propulsión de buques con motores de amoniaco

La propulsión de buques con motores de amoníaco es una tecnología emergente que busca reducir las emisiones contaminantes del transporte marítimo. Esto es debido a que los motores marinos, aunque muy eficientes, son también emisores de importantes cantidades de sustancias muy contaminantes. Por ello el convenio IMO MARPOL ha impuesto límites de emisiones contaminantes cada vez más restrictivas. En este sentido, los combustibles libres de carbono están ganando especial interés de cara a su utilización a corto plazo. Entre las diferentes opciones, el amoniaco podría ser elegido en un futuro próximo, como el principal combustible no contaminante para el sector naval.

 

 Las ventajas de usar amoniaco como combustible marítimo son las siguientes;
  • Cero emisiones de carbono al quemarse (no contiene carbono).
  • Alta densidad energética en comparación con el hidrógeno.
  • Infraestructura existente: ya se transporta y almacena a nivel mundial como fertilizante y materia prima.
  • Puede producirse con energías renovables (amoníaco verde).

 
Los tipos de motores que pueden usar amoniaco como combustible son los siguientes:

1- Motores de combustión interna de cuatro tiempos modificados
  • Basados en diésel o dual fuel (ciclo Diésel).
  • Motores que queman una mezcla de amoníaco y otro combustible (como metanol o H2) para mejorar la ignición (ciclo Otto).

2- Celdas de combustible de óxido sólido (SOFC)
3- Motores marinos diésel de dos tiempos
  • MAN Energy Solutions
  • Wärtsilä
Ambos fabricantes están desarrollando prototipos. Se espera que estén operativos a partir de 2025–2026.

Los Retos técnicos que supone la implementación de motores de amoniaco en los buques, incluyen las siguientes:
  • Dificultad de ignición del amoníaco.
  • Toxicidad alta: requiere medidas de seguridad muy estrictas.
  • Baja velocidad de combustión, lo que complica la eficiencia.
  • Emisiones de NOx: aunque no produce CO₂, sí puede generar óxidos de nitrógeno si no se controla bien el proceso de combustión y pos-tratamiento de las emisiones.

Desde un punto de vista de cara a la descarbonización en el sector marítimo, el uso de amoniaco como combustible podría ser la principal solución en estos momentos. Al ser un elemento natural que no incluye carbono en su molécula, la combustión de amoniaco no genera emisiones de CO2.


El Amoniaco es un compuesto químico de nitrógeno con la fórmula química NH3. Es un gas incoloro con un característico olor repulsivo, altamente tóxico. Inflamable en mezclas de combustible con aire a concentraciones del 15 a 25 %. A presión atmosférica está en estado líquido a -33º C.

El método más eficiente para generar Amoniaco es el proceso Haber-Bosch (Por el cual Fritz Haber y Carl Bosch recibieron el Premio Nobel de Química en los años 1918 y 1931). El proceso consiste en la reacción directa entre el nitrógeno y el hidrógeno gaseosos. El método de Haber-Bosch utiliza dos materias primas: hidrógeno y nitrógeno. El hidrógeno necesario es producido a partir de la reformación de gas natural, de GLP o de nafta con vapor de agua, siendo el gas natural la alimentación más usual.


La planta se divide en dos secciones: el front-end o parte frontal de la planta, donde se genera la mezcla de hidrógeno y nitrógeno necesaria para sintetizar el amoníaco, y el back-end o parte posterior de la planta, que es la sección donde se convierte el producto a partir de ambos reactivos. 

El amoníaco se ha propuesto como una alternativa práctica a los combustibles fósiles para usar en motores de combustión interna.​ Sin embargo el poder calorífico del amoníaco es de solo 18,6 MJ/kg, que es bastante inferior que la del MGO (Gas-oil marino) y del HFO (Fuel-oil pesado). Respecto a éste último y suponiendo un funcionamiento dual-fuel, se obtiene una reducción de SOx del 100%, del CO2 del 90% y de PM también del 90%. Respecto al NOx no se obtienen reducciones, pero con la aplicación de diversos tratamientos se cumplen con las regulaciones.

En motores de ciclo diésel el empleo de amoniaco puro es complicado debido su alta temperatura de autoignición, lo cual hace que haya que trabajar con relaciones de compresión excesivamente elevadas. Por este motivo, diversos estudios de investigación proponen un funcionamiento dual‐fuel utilizando como combustible principal amoniaco y de MGO (Gas-oil marino) como inyección piloto para encender la mezcla. De ahí que las emisiones de CO2 no sean de 0%, sino de entre un 5% y 10% respecto a lo que emitiría un motor diésel de HFO con potencia equivalente.


Desde el punto de vista de reducción de emisiones, la generación del NOx es muy característico en motores de tipo diésel, los cuales funcionan siempre con exceso de aire, que es básicamente nitrógeno y oxígeno, lo cual significa que hay más que suficiente aporte de nitrógeno para formar NOx.

Las emisiones de NOx no se resuelven con el empleo de amoniaco ya que la combustión de amoniaco genera importantes cantidades de NOx. Por ello los motores que funcionen con amoniaco deberán incorporar elementos que permitan la reducción de los valores de NOx emitidos a la atmósfera. Ver artículo: Tecnologías para reducir los NOx en motores diésel



Existen Proyectos destacados de buques propulsados por amoniaco, entre los que se incluyen los siguientes:

1- Yara Eyde: Este será el primer portacontenedores del mundo propulsado por amoníaco limpio. Operará entre Noruega y Alemania, ofreciendo una ruta marítima sin emisiones y evitando aproximadamente 11.000 toneladas de CO₂ al año.
 
2- HD Hyundai y EXMAR: El astillero surcoreano HD Hyundai Mipo ha iniciado la construcción del primer barco del mundo propulsado por amoníaco. Este proyecto, encargado por la empresa belga EXMAR, contará con un motor de doble combustible diseñado específicamente para operar con amoníaco y combustibles tradicionales.
 
3- Proyecto de nueve buques con propulsión de amoníaco: Se planea desplegar tres graneleros Newcastlemax y seis buques cisterna para productos químicos equipados con tecnologías de propulsión de amoníaco. Las entregas están programadas entre 2026 y 2029. 
 
4- Proyecto APOLO de Fertiberia: En España, Fertiberia desarrolla un sistema que combina un craqueador parcial de amoníaco de 125 kW con un motor de 4 tiempos, logrando una eficiencia superior al 45%. Además, se implementará un sistema de reducción catalítica selectiva (SCR) para minimizar las emisiones de NOx. Link al Proyecto Apolo.

 

El prototipo de MAN Energy Solutions:

En la actualidad MAN Energy Solutions ha anunciado que el desarrollo de su motor ME-LGIA (Liquid Gas Injection Ammonia) ha entrado en una nueva fase con el inicio de las pruebas de un motor de dos tiempos a escala real que funciona con amoníaco en su RCC (Centro de Investigación de Copenhague). Ole Pyndt Hansen, director de I+D de motores de dos tiempos de MAN Energy Solutions, afirmó: "Tras haber completado ya más de 12 meses de pruebas en un solo cilindro que funciona con amoníaco, es un hito importante poder pasar a las pruebas de motores a escala real. Hemos estado ocupados con el proceso de conversión durante los últimos meses, lo que incluye garantizar que todas las disposiciones de seguridad funcionen de acuerdo con nuestros requisitos. Ahora estamos listos para la siguiente fase que se centrará, entre otros parámetros, en la combustión y las emisiones, el ajuste del motor, las pruebas del atomizador y la verificación del sistema de control. Esto está previsto provisionalmente que continúe hasta mediados de 2025". 

La combustión del amoniaco con el aire produce, mayoritariamente, nitrógeno, oxígeno y agua. En menor proporción, otras sustancias que nunca serán dióxido de carbono, monóxido de carbono o hidrocarburos sin quemar porque el amoniaco no contiene carbonos en su molécula. Del mismo modo, tampoco se producirán óxidos de azufre porque el amoniaco no contiene azufre en su molécula. Lo que no es inevitable es que se produzcan óxidos de nitrógeno como producto de la combustión del amoniaco.

Un sistema típico de propulsión con amoniaco incluye los siguientes componentes:​

  1. Tanques de almacenamiento de amoníaco: Diseñados para contener el amoníaco en condiciones seguras, generalmente a baja temperatura y presión moderada.​
  2. Sistema de suministro de combustible: Incluye bombas y tuberías que transportan el amoníaco desde los tanques hasta el motor, asegurando un flujo constante y controlado.​
  3. Motor de combustión interna modificado: Adaptado para quemar amoníaco, a menudo en combinación con otro combustible para facilitar la ignición.​
  4. Sistema de post-tratamiento de gases: Como el SCR, que reduce las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) producidas durante la combustión.​
  5. Sistema de control y monitoreo: Supervisa y regula el funcionamiento del sistema de propulsión, garantizando la seguridad y eficiencia operativa. 

 

Simulación numérica con CFD:

Como aspecto negativo del Amoniaco cabe destacar su elevado índice de toxicidad. Esto ha provocado que se hayan desarrollado escasos estudios experimentales debido a la peligrosidad que éstos conllevan. El amoniaco es además un producto básico en sistemas de refrigeración (conocido como R 717), campo en el que sucesivos accidentes han provocado numerosas muertes a lo largo de los años. Debido a esta elevada toxicidad, las técnicas CFD (Ver análisis CFD con OpenFOAM) son muy apropiadas para analizar las posibilidades del amoniaco en motores sin la peligrosidad que supone un estudio experimental.

Actualmente hay barreras importantes para extender su uso. En términos de producción y suministro de amoniaco a los diferentes consumidores está lejos de ser resuelto en la actualidad. Las plantas de generación de amoniaco tendrían que ser construidas para incrementar los niveles de producción, lo cual requeriría una inversión muy importante tanto en inversión monetaria como en la energética. Aun cuando es el segundo compuesto químico más producido en el mundo, la escala de producción de amoniaco es una pequeña fracción del petróleo usado en el mundo. Podría ser producido de forma ecológica (sin emisiones contaminantes) a partir de energías renovables, así como usando la energía nuclear. 



AUTORES: Carlos Rodríguez Vidal (Maquinista Naval y Doctor en Energía y Propulsión Marina) y María Isabel Lamas Galdo (Doctora Ingeniera Industrial)


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