CONTACTO

tecnologiamaritima2000@gmail.com

martes, 18 de abril de 2023

Cañonero Mac-Mahón (1888)

El Mac-Mahón fue un cañonero de 2ª clase de la Armada Española que estuvo en servicio desde el año 1888 hasta 1932, totalizando 44 años de vida operativa. Fue construido en los Reales Astilleros de Esteiro en Ferrol, siendo un hito de la construcción naval por ser el primer buque construido con acero galvanizado en astilleros españoles. 


Encomendado el proyecto de un cañonero de hierro  al ingeniero de la Armada Sr. D. Toribio Gaspar Gil, con la condición de que se habrían de aprovechar para su propulsión las máquinas de los cañoneros inútiles Turia y Somorrostro (Clase Somorrostro), antes de aprobarse los planos dispuso el Gobierno que se reformaran, sustituyendo el material de hierro por el de acero; y presentado nuevo proyecto, se resolvió la construcción del buque en el astillero del Ferrol, dándole el nombre de Miño, por Real orden de 8 de Octubre de 1885.

El cañonero Mac-Mahón fue puesto sobre la grada número 1 de los Reales Astilleros de Esteiro en Ferrol, el 8 de enero de 1887. El acero para el casco fue encargado a la Sociedad de altos hornos de Bilbao, se empezaron las obras el día 8 de Enero del año 1887, quedando armado todo el casco el 10 de Abril, y como el Ministerio del ramo había dispuesto que el material de este barco debía ser galvanizado, se desarmó el casco y se procedió a galvanizarlo con brillante éxito, y nuevamente a armarlo, quedando terminada la construcción en tiempo oportuno para ser botado al agua el 21 de Agosto, no con el nombre de Miño, sino con el de Mac-Mahón, según Real orden de 3 de Marzo, en honor al vicealmirante Jacobo de Mac-Mahón y de Santiago, que tanto se distinguió en el engrandecimiento del astillero del Ferrol.

La dirección de las obras fue encomendada, lo mismo que la del Crucero Alfonso XII, a los ingenieros señores Comerma y Fúster; estuvo encargado del mando del departamento durante el curso de ellas el vicealmirante señor Mac-Mahón, y después el ilustrado vicealmirante D. Ramón Topete; era jefe del arsenal el contraalmirante D. Juan Martínez Illescas, y jefe del ramo de ingenieros el Sr. D. Pablo Pérez.

Las características generales del cañonero Mac-Mahón eran las siguientes; desplazamiento: 115 toneladas, eslora: 27,63 m, manga: 4,90 m, calado: 1,82 m. Contaba con dos palos y aparejo auxiliar de pailebot con 192 m².


Montaba dos máquinas alternativas de vapor de la marca Forges et Chantiers, como se mencionó anteriormente procedentes de los cañoneros de construcción francesa Turia y Somorrostro, acoplada cada una de ellas a una hélice. La potencia unitaria de dichas máquinas era de 75 caballos indicados,  con 150 CV totales que le proporcionaba una velocidad máxima de 9 nudos. 


Las calderas de vapor eran de carbón y la capacidad de las carboneras le permitía una autonomía de 3,5 días y de 583 Millas náuticas.


El armamento principal consistía en 2 cañones Nordenfelt de 42mm y un cañón rotativo Hotchkiss de 37 mm.


Su vida operativa de servicio transcurrió sin grandes acontecimientos, permaneciendo siempre destinado en aguas gallegas y del Cantábrico ejerciendo labores de guardapescas y de lucha contra el contrabando. Participó en la búsqueda de supervivientes del HMS Serpent en noviembre de 1890 sin obtener resultados positivos.


Se produjo su baja en las listas de la Armada en 1932, tras 44 años de servicio.

Nota del autor: He decidido investigar y escribir sobre el cañonero Mac-Mahón por motivos puramente personales, ya que revisando documentos antiguos familiares encontré que mi bisabuelo Andrés Barros Rodríguez (nacido el 25 de enero de 1877 en Serantes y fallecido en 1936 en Ferrol) había sido tripulante (Cabo de Mar de Primera clase) de ese buque en el año 1906. En relación con el Mac-Mahón, aunque menor en cuanto a su porte, por tener solamente 115 toneladas, en relación a otros similares de la época, este buque supuso un importante paso tecnológico adelante, pues fue el primero construido en astilleros nacionales fabricado con casco de acero galvanizado procedente de la industria española, concretamente de los Altos Hornos de Bilbao. A partir de entonces, el uso del acero para la construcción naval se generalizó sin dificultada alguna, a pesar de las esperadas reticencias iniciales mostradas por algunos jefes y oficiales de la Marina Española, que habían creído necesarios grandes preparativos antes de introducirse en el campo de la construcción naval con acero.


 

 

 ENLACES: