El Hood fue el último crucero de
batalla que fue construido para la Armada Británica. Su misión habría sido la
de contrarrestar los cruceros de batalla alemanes de la clase Derfflinger y
otros puestos en grada en 1916, pero que no fueron terminados. El proyecto
inicial del Hood se realizó en 1915 durante la WWI. Debían tener un
desplazamiento de 36.600 toneladas y una velocidad de 32-33 nudos, adoptando la
teoría del almirante Fisher, entonces primer lord del Almirantazgo Británico,
para el cual “la velocidad es la mayor protección”. Sin embargo el Hood no
llegó a participar en la Primera Guerra Mundial, ya que entró en servicio el 5
de marzo de 1920.
El Hood pertenecía a la clase Admiral ordenada a
mediados de 1916, su diseño, revisado a fondo tras la
batalla de Jutlandia y
mejorado durante la construcción, todavía tenía serias limitaciones, razón por
la que fue el único construido de una clase que habría de estar compuesta por
cuatro unidades. Recibió el nombre del almirante del siglo XVIII Samuel Hood.
El buque realizó numerosas travesías de
representación y participó en diversos ejercicios y maniobras entre 1920, año
de su entrada en servicio, y 1939. Entre otros, realizó ejercicios de
entrenamiento en el mar Mediterráneo y circunnavegó el mundo con el Escuadrón
de Servicio Especial entre 1923 y 1924. Se unió a la Flota del Mediterráneo
tras el inicio de la Segunda Guerra Ítalo-Etíope. Al estallido de la Guerra
Civil Española el Hood fue oficialmente asignado a la Flota del
Mediterráneo, y en ella permaneció hasta su regreso al Reino Unido en 1939 para
una revisión. Para entonces la utilidad del viejo crucero de batalla se había
deteriorado debido al avance de la artillería naval, razón por la que estaba
prevista una importante reconstrucción para 1941 que corregiría gran parte de
sus problemas, pero el inicio de la Segunda Guerra Mundial forzó su
incorporación al servicio sin haber sido actualizado.
Cuando el Reino Unido declaró la guerra a
Alemania en septiembre de 1939, el
Hood estaba operando cerca de Islandia.
Empleó los siguientes meses entre esta isla y el mar de Noruega en la caza de
los navíos alemanes que asaltaban el comercio y bloqueaban las rutas de
abastecimiento. Tras una revisión breve de su maquinaria propulsora, actuó como
buque insignia de la Fuerza H y participó en la destrucción de la flota
francesa durante la batalla de Mers el-Kebir. Relevado como buque insignia de
esta fuerza, el
Hood fue enviado a Scapa Flow, en el norte de Reino
Unido, y operó en el área como escolta de convoy y defensa ante una posible
flota de invasión alemana. En mayo de 1941 el
Hood y el acorazado
Prince
of Wales (clase King George V) recibieron la orden de interceptar al acorazado alemán
Bismarck,
que había zarpado de Alemania para atacar los convoyes aliados en el Atlántico.
El 24 de mayo de 1941 el
Hood localizó y entabló combate con el poderoso
y moderno buque alemán, pero fue alcanzado por varios proyectiles enemigos al
inicio de la batalla del Estrecho de Dinamarca y explotó brutalmente. Su
pérdida tuvo un efecto profundo en los británicos, y el primer ministro Winston
Churchill ordenó a su Armada «
hundir al Bismarck», cosa que consiguieron
tres días después.
Características generales
El Hood era un elegante buque de esbeltas líneas
clasificado como "Crucero de batalla" y en su tiempo
fue el barco
más grande del mundo.
Fue puesto en grada el 1 de septiembre de 1916, botado el 22 e agosto de 1918, y
entró
en servicio el 5 de marzo de 1920. Posteriormente fue modernizado muy superficialmente
en varias ocasiones, con una eslora de 262,20 m,
31,70 m de manga, 8,90 m de calado y 49.000 toneladas de
desplazamiento.
Estaba armado
con 8 cañones de 381 mm en 4 montajes dobles,
dos tubos lanzatorpedos
de 52,5 cm en ambas bandas, con un armamento secundario de 12 cañones
de 140mm, en posiciones simples escudadas y 8 piezas dobles de 102 mm en
manteletes abiertos. En 1940,
se eliminaron los cañones de 140 mm y se sustituyeron por 8 cañones en montajes
dobles de 102 mm.
Su dotación estaba constituida por 1.477 hombres y su
principal debilidad, muy generalizada en las construcciones navales de la
época, en especial, los llamados crucero de batalla en que se sacrificaba el
blindaje en favor de la velocidad, era su escaso blindaje horizontal, con una
cubierta principal de 37 mm (76 mm sobre los pañoles de municiones) y una
cubierta de protección de 52 mm. La protección vertical era, por el contrario,
bastante más completa, con una faja de 305 mm en la obra muerta, que se estrechaba
hasta 152 mm en los extremos del buque y a 76 mm en su parte más baja. Esta
coraza se inclinaba 12º, con el entrante en la parte inferior. Por encima de
esta faja, el reducto, entre la cubierta de batería y la cubierta principal,
tenía un blindaje de 178 mm. La protección submarina la constituía un doble
casco integrado con mamparos longitudinales internos, diseñados para absorber
explosiones submarinas. Finalmente, las barbetas de la artillería principal
tenían un espesor de 305 mm, y el blindaje frontal de las torres era de 381 mm
(el posterior era de 125 mm); la torre de mando tenía un espesor de 280 mm.
El aparato de propulsión consistía en 4 hélices
accionadas por 4 grupos de turbinas de vapor con engranajes reductores, un
grupo por eje, alimentados por 24 calderas, repartidas en cuatro salas, todas a
proa de las salas de máquinas, con dos chimeneas: en conjunto, la potencia era
de 144.000 CV a cuatro hélices, y la velocidad en pruebas, superior a los 32
nudos.
La última actuación del Hood
Estando el 24 de mayo de 1941 en Scapa Flow, recibe la
orden de marchar a interceptar el Bismarck, pues sus cañones podían equipararse
a los del enemigo. A la altura de la salida del estrecho de Dinamarca,
interceptó a la formación alemana compuesta por el acorazado Bismarck y el crucero pesado Prinz Eugen
dirigidas por el almirante Günther Lütjens.
Al mando del vicealmirante
Lancelot Ernest Holland, el Hood y
el Prince of Wales abrieron fuego con sus torres delanteras a una
distancia de 22 km, empeñando desde larga distancia el combate, lo que se
tradujo en la inmediata respuesta de los alemanes. Esto fue un error táctico
fatal de parte de los ingleses, justamente porque atrajo antes de tiempo la
respuesta alemana que Lutjens retenía y los fatales tiros en caída vertical.
Holland intentó rápidamente cerrar distancias a la máxima velocidad para evitar
los mortales tiros en caída vertical. El avance se hacía disparando las torres
delanteras; se avanzaba a la mayor velocidad posible debido a la conocida
debilidad del "Hood".
A las 6.00, a 7 min
de comenzado el combate y cuando ya viraba para poder emplazar las torres de popa para hacer una salva artillera
completa, una salva (la sexta) del "Bismarck" le alcanzó en algún lugar al
lado del mástil de popa, penetrando profundamente hasta la barbeta, e hizo
estallar los depósitos de cordita de las torres traseras. Una llamarada más
alta que el mástil surgió por unos instantes, y a continuación el gran navío
explotó violentamente, expulsando las torres traseras y partiéndose en dos. La
popa se hundió rápidamente y la parte delantera lo hizo más lentamente, lo que
pudo facilitar el disparo de las torres de proa como una postrer
despedida antes de hundirse y que sobrevivieran algunos marinos. Estos últimos
disparos tuvieron lugar a consecuencia de la explosión espontánea de las cargas
de propulsión. Finalmente, sólo se salvaron tres marineros, Ted Briggs,
William Dundas y Bill Tilburn.
La batalla del Estrecho de Dinamarca (Battle of the Denmark Strait)
Todo había comenzado cuando los alemanes habían decido
pasar al Océano Atlántico al Acorazado Bismark
y al crucero pesado Prinz Eugen, dentro
de la denominada Operación
Rheinübung,
una incursión en el Atlántico destinada a causar estragos en las rutas de
mercantes aliados. Posteriormente se unirían al crucero Admiral Hipper, y
acorazados gemelos Scharnhorst y Gneisenau que durante la Operación Berlín habían irrumpido en el
Atlántico, realizado acciones corsarias contra el tráfico aliado y hundiendo
más de 66.000 toneladas en buques mercantes en dos meses.
Para evitar el bloqueo de los británicos,
tratarían de llegar al Océano Atlántico pasando el Estrecho de Dinamarca (entre
Groenlandia e Islandia), sin embargo esta vez los Británicos tenían preparados
al Crucero de batalla HMS Hood y al
nuevísimo acorazado HMS Prince of Wales.
Al amanecer del 24 de mayo, el tiempo mejoró y la visibilidad aumentó. La
agrupación alemana mantenía un rumbo de 220º y se desplazaba a 28 nudos, cuando
a las 0515, los hidrófonos del Prinz Eugen detectaron el ruido de buques
por babor. A las 0537, los alemanes avistaron lo que creyeron que era un
crucero ligero a unas 19 millas (38.480 yardas - 35.190 metros) por babor. A
las 0543, otra unidad sin identificar fue avistada por babor, y seguidamente en
el Bismarck y el Prinz Eugen se tocó zafarrancho de combate. A
bordo del Bismarck, la identificación de los buques enemigos era dudosa,
y eran ahora tomados por cruceros pesados. No obstante, al irse reduciendo las
distancias pronto surgió el temor de que fuesen acorazados. Sus sospechas se
verían confirmadas en apenas unos minutos. Los buques británicos eran el
crucero de batalla Hood y el acorazado Prince of Wales.
Los buques británicos avanzaban hacia los alemanes a
una velocidad de 28 nudos y con rumbo 280º, evidentemente buscando acortar distancias rápidamente, en
una maniobra al estilo Nelson, la razón se debía más bien a que eran
conscientes de la vulnerabilidad que tenía la protección acorazada del Hood en
combate a larga distancia, donde es fundamental la protección horizontal y que
en este buque se conocía que era deficiente después de las explosiones de los
cruceros de batalla británicos en Jutlandia (Invincible, y Queen Mary), los
cuales seguían un esquema de protección similar.
Esta audaz maniobra de los buques británicos los ponía
en una situación en franca desventaja, ya que los buques alemanes les estaban
cruzando la T. En esas condiciones los buques británicos podían usar únicamente
sus baterías delanteras, mientras que el Bismarck y el Prinz Eugen
disparaban andanadas desde todos sus cañones. Varios minutos después de abrir
fuego Holland ordenó un giro de 20° a babor, lo que permitiría a sus barcos
hacer uso de todas sus torretas.
Balance de
fuerzas
Buque:
|
Bismarck
|
Prinz Eugen
|
Hood
|
Prince of Wales
|
Desplazamiento:
|
50.900 Tm
|
19.042 Tm
|
48.360 Tm
|
43.700 Tm
|
Armamento:
- Principal:
- Secundario:
|
8 x 380 mm
12 x 150 mm
|
8 x 203 mm
-
|
8 x 381 mm
-
|
10 x 356 mm
16 x 133 mm
|
Blindaje:
- Cintura:
- Torres:
- Cubierta superior:
- Cubierta acorazada:
|
320 mm
130-360 mm
50-80 mm
80-120 mm
|
80 mm
160 mm
25 mm
30 mm
|
305 mm
127-381 mm
38 mm
75 mm
|
348-374 mm
150-324 mm
-
124-150 mm
|
Velocidad:
|
30,1 nudos
|
32,2 nudos
|
30-31 nudos
|
28 nudos
|
Debido a la gran
similitud de las siluetas de los buques alemanes, a las 0549, Holland ordenó
concentrar el fuego sobre el buque alemán que marchaba en cabeza (el Prinz
Eugen) creyendo que era el Bismarck. En ese momento los buques
británicos cayeron 20º a estribor en un nuevo rumbo de 300º para acelerar
todavía más la aproximación. A las 0552, justo antes de abrir fuego, Holland
identificó por fin al Bismarck y ordenó cambiar de blanco sobre el buque
de la derecha, pero por alguna razón el Hood continuó apuntando al buque
alemán en cabeza. A bordo del Prince of Wales sin embargo, concentraron
su tiro correctamente sobre el Bismarck que marchaba detrás del Prinz
Eugen. De repente, a las 0552, y con la distancia ya reducida a unas 12,5
millas (25.328 yardas - 23.150 metros), el Hood abrió fuego, seguido del
Prince of Wales apenas 30 segundos después a las 0553. Ambos buques
abrieron fuego con las torres proeles, ya que debido a su desfavorable ángulo
de aproximación, las torres de popa todavía no podían orientarse hacia el
blanco. La primera salva del Prince of Wales cayó a la derecha a popa
del Bismarck, después el cañón número 1 de la torre "A"
cuádruple de proa quedó temporalmente fuera de servicio debido a fallos
mecánicos y no pudo tirar más. La segunda, tercera y cuarta salvas del Prince
of Wales cayeron largas. Las primeras salvas del Hood cayeron cortas
respecto al Prinz Eugen.
Los dos buques alemanes concentraron sus salvas en el Hood,
y un minuto después de iniciar sus cañonazos el Prinz Eugen le hizo
impacto con un proyectil altamente explosivo de 203 mm; su explosión inició un
gran incendio que fue prontamente extinguido. Tras disparar tres salvas de
cuatro cañones, Schneider había calculado el rango exacto del Hood y
ordenó inmediatamente una rápida salva de los ocho cañones de 380 mm del Bismarck.
También ordenó a las baterías de 150 mm abrir fuego contra el Prince of
Wales. Holland entonces ordenó un segundo giro de 20° a babor para poner
sus barcos en un curso paralelo a los buques germanos. Lütjens mandó al Prinz
Eugen cambiar de objetivo y atacar al Prince of Wales para así mantener
a sus dos oponentes bajo fuego. A los pocos minutos el Prinz Eugen le
hizo un par de impactos al acorazado británico e informó del inicio de un
pequeño incendio.
Lütjens entonces ordenó a su crucero caer detrás del Bismarck
para que pudiera seguir monitorizando la posición de los cruceros Norfolk
y Suffolk, que estaban todavía a entre 19 y 22 km al este.
A las
06:00 el Hood estaba completando su segundo giro a babor cuando el Bismarck
disparó su quinta salva. Dos de los proyectiles se quedaron cortos, cayendo en
el agua cerca del crucero, pero al menos uno de los proyectiles perforantes de
380 mm le hizo impacto y penetró su delgada armadura de cubierta. El
proyectil llegó hasta la santabárbara e hizo detonar 112 toneladas de cordita.
Una masiva explosión reventó la parte trasera del crucero, entre el mástil
principal y la chimenea trasera; la sección delantera del buque avanzó
brevemente antes de que la inundación de agua hiciera alzarse la proa en un
pronunciado ángulo.Tras un intercambio de cañonazos de sólo ocho minutos, el Hood
había volado por los aires junto a una tripulación de 1.419 hombres.
El Bismarck entonces pasó a disparar al Prince
of Wales, y uno de los proyectiles de su primera salva atravesó el puente
del buque británico sin explotar pero matando a todos los que se encontraban en
el centro de mando menos al comandante de la nave John Leach y a otro hombre. El Prince of Wales consiguió hacer
blanco al acorazado alemán con su sexta salva, pero los dos buques alemanes
hicieron llover proyectiles sobre el acorazado inglés y le causaron severos
daños. Los cañones del recientemente puesto en servicio Prince of Wales
no funcionaron adecuadamente, y todavía tenía técnicos civiles a bordo. A pesar de su problemática batería principal,
el acorazado consiguió hacerle blanco al Bismarck con tres proyectiles:
el primero golpeó en el castillo de proa sobre la línea de flotación, pero
demasiado bajo para que penetraran las olas en su casco, el segundo dio por
debajo del cinturón blindado y explotó al chocar con el mamparo antitorpedos,
infligiendo daños menores, y el tercer proyectil atravesó uno de los botes del
acorazado y la plataforma de los hidroaviones sin detonar.
A las 06:13 Leach ordenó retirada, cuando sólo dos de
sus diez cañones de 360 mm aún disparaban y su barco había recibido cuantiosos
daños. El Prince of Wales hizo un viraje de 160° y tendió una pantalla
de humo para cubrir su retirada. Los alemanes cesaron de disparar cuando
aumentó la distancia.
Aunque Lindemann abogó por perseguir al navío inglés y
destruirlo, Lütjens obedeció las
órdenes de la operación sobre evitar el combate con fuerzas enemigas que no
protegieran un convoy y rechazó firmemente la idea, ordenando en su lugar al Bismarck
y al Prinz Eugen poner rumbo a las aguas abiertas del Atlántico Norte.
En el transcurso del combate el Bismarck había
disparado 93 proyectiles perforantes y había encajado tres impactos. El proyectil del castillo de proa había
provocado la entrada de entre 1000 y 2000 t de agua que contaminó el
combustible almacenado en la proa. Lütjens se negó a permitir una reducción de
la velocidad para que los equipos de control de daños repararan el agujero del
proyectil, que se hizo aún más grande y dejó entrar más agua. El segundo
impacto causó algunas inundaciones y su metralla dañó la línea de flotación en
la sala del turbogenerador, aunque el Bismarck tenía suficientes
reservas de generador y esto no fue problemático. La inundación causada por
estos dos impactos provocó una escora de 9° a babor y de 3° en proa.
La persecución
Poco antes de la 10:00 Lütjens ordenó al Prinz
Eugen ponerse a popa del Bismarck para averiguar la gravedad de las
fugas de combustible del impacto de proa. Tras confirmar «grandes corrientes de
combustible a ambos lados de la estela el Prinz Eugen volvió a la
posición de vanguardia. Sobre una hora después un hidroavión Short S.25 Sunderland
británico informó de la mancha de combustible al Suffolk y al Norfolk,
que se habían unido al dañado Prince of Wales. El contralmirante
Frederic Wake-Walker, comandante de los dos cruceros, ordenó al Prince of
Wales permanecer detrás de sus naves.
La Real Armada británica hizo llamamientos a todas sus
naves en el área para unirse a la persecución del Bismarck y el Prinz
Eugen. La Home Fleet del almirante Tovey navegaba para interceptar a
los buques alemanes, pero en la mañana del 24 de mayo estaba todavía a 650 km
de distancia. El Almirantazgo británico envió a los cruceros ligeros HMS Manchester,
Birmingham y Arethusa a patrullar el estrecho de Dinamarca en el
caso de que Lütjens decidiera volver sobre sus pasos. Al acorazado HMS Rodney se le ordenó unirse a
Tovey. Los viejos acorazados HMS Revenge
y HMS Ramillies también recibieron la orden de unirse a la caza. En total, seis acorazados y
cruceros de batalla, dos portaaviones, trece cruceros y veintiún destructores
fueron convocados a la persecución.
Con el tiempo empeorando, Lütjens intentó separar al Prinz
Eugen que se pudo llevar a cabo a las 18:14. El Bismarck viró para
encarar a la formación de Wake-Walker, forzando al Suffolk a alejarse a
gran velocidad. El Prince of Wales disparó doce salvas contra el
acorazado alemán, que respondió con nueve andanadas, ninguna de las cuales hizo
blanco. La acción distrajo la atención de los británicos y permitió al Prinz
Eugen desaparecer. Después de que el Bismarck volviera a su punto
anterior, los tres barcos de Wake-Walker se posicionaron a babor del acorazado.
A pesar de que el Bismarck había sido dañado en
el combate con el Hood y el Prince of Wales y se vio obligado a
reducir su velocidad, seguía siendo capaz de navegar a 27-28 nudos (50-52
km/h), la misma velocidad máxima que el King George V de John
Tovey. A menos que fuera frenado, los británicos no serían capaces de evitar
que llegara a Saint-Nazaire. Poco antes de las 16:00 del 25 de mayo, Tovey
separó el portaaviones HMS Victorious y cuatro cruceros ligeros para
realizar una ruta que podría posicionarlos para lanzar sus aviones torpederos.
A las 22:00 el Victorious
lanzó su ataque, que comprendía seis cazas Fairey
Fulmar y nueve torpederos Fairey Swordfish. Los aviadores inexpertos
casi atacan al Norfolk, equivocación que alertó a los artilleros
antiaéreos del Bismarck. El acorazado alemán incluso utilizó sus baterías
principales y secundarias para disparar lo máximo posible y crear salpicaduras
gigantes en el camino de los torpederos, aunque ninguno de los aviones
atacantes fue derribado. El Bismarck evitó ocho de los nueve torpedos
que le lanzaron, pero el noveno impactó hacia el centro del buque, en el
cinturón blindado, y causó daños materiales menores.
Poco después de que los Swordfish salieran de escena,
el Bismarck y el Prince of Wales se enfrentaron en un breve duelo
artillero, pero ambos fallaron sus disparos. Los equipos de control de daños
del Bismarck retomaron su trabajo tras el breve cañoneo. El agua de mar
que había inundado la caldera número dos de babor amenazó con penetrar en el
turbogenerador número cuatro del sistema de suministro de agua, lo que habría
permitido al agua salada llegar a los motores de la turbina. El agua salada
habría destruido los álabes de la turbina y reducido considerablemente la
velocidad del barco. Sin embargo, en la mañana del día 25 el peligro había
pasado. El barco deceleró hasta los 12 nudos para permitir a los buzos bombear
el fuel de los compartimentos delanteros hacia los tanques traseros; se
conectaron con éxito dos mangueras que permitieron el trasvase de unos pocos
cientos de toneladas de fuel.
Con la persecución adentrándose en las aguas abiertas
del Atlántico Norte, los barcos de Wake-Walker se vieron obligados a navegar en
zigzag para evitar a los submarinos alemanes que podían estar en la zona. Esto
requería que los buques navegaran diez minutos a babor y otros diez a estribor
para así mantener un mismo curso. Hacia los últimos minutos del viraje a babor,
el Bismarck desapareció del radar del Suffolk. A las 03:00 de la madrugada del 25 de
mayo Lütjens ordenó incrementar la velocidad al máximo, que en ese momento era 28 nudos,
tras lo que mandó que el acorazado girara en círculo, primero hacia el oeste y
después hacia el norte. Esta maniobra se realizó en el momento en que el navío
alemán estaba fuera de los radares británicos, por lo que consiguió girar y
colocarse tras ellos. El capitán del Suffolk asumió que el Bismarck
se había perdido en dirección oeste, por lo que tomó esa derrota con el fin de
localizarlo. Después de media hora informó a Wake-Walker de la situación, quien
mandó a los tres barcos dispersarse tan pronto asomaran las primeras luces del
día con objeto de hacer una búsqueda visual de la nave enemiga.
La Real Armada británica se embarcó en una búsqueda
frenética del Bismarck. El portaaviones Victorious y sus cruceros
de escolta fueron enviados al oeste, los buques de Wake-Walker continuaron al
sur y al oeste y al almirante Tovey navegó hacia el centro del Atlántico. La
situación se fue complicando puesto que muchos de los barcos ingleses estaban
agotando su combustible.
La Fuerza H, centrada en el portaaviones HMS Ark
Royal y procedente de Gibraltar, estaba todavía a un día de
navegación de la zona de búsqueda. Sin
saber que Wake-Walker los había perdido, Lütjens envió largos mensajes de radio
al Grupo Naval Oeste, con base en París. Estas señales fueron interceptadas por
los británicos, que determinaron su rumbo, pero éste fue erróneamente trazado y
mantuvo a los barcos de Tovey en un curso equivocado durante siete horas. Para
cuando el error fue advertido, el Bismarck había abandonado el área.
Un escuadrón de comando costero de hidroaviones Consolidated
PBY Catalina con base en Irlanda del
Norte fue convocado a la búsqueda para cubrir las áreas por las que
se podría dirigir el Bismarck hacia la costa. A las 10:10 del 26 de
mayo, un Catalina pilotado por el alférez de la Armada Norteamericana Leonard
B. Smith localizó al Bismarck a unos 1280 km al noroeste de Brest. Su
velocidad actual era lo bastante alta como para llegar bajo la protección de
los U-boots y las Luftwaffe en menos de un día, y no había
fuerzas británicas lo suficientemente cerca para detenerlo
La única posibilidad que tenía la Marina Real
británica era el Ark Royal con la Fuerza H, bajo mando del almirante James
Somerville. El Victorious, el Prince of Wales, el Suffolk
y el Repulse se vieron obligados a interrumpir la búsqueda por sus bajas
reservas de fuel, por lo que los únicos barcos pesados restantes, además de la
Fuerza H, eran el King George V y el Rodney, pero estaban muy
lejos para interceptar al Bismarck. Los Swordfish del Ark Royal
ya estaban buscando en el área en que el Catalina había avistado al acorazado
alemán, y varios torpederos también lo localizaron a unos 110 km del Ark
Royal. Somerville ordenó un ataque de los Swordfish en cuanto regresaron, y
fueron armados con torpedos. Separó al HMS Sheffield (C24)
para seguir al Bismarck, aunque los aviadores de los torpederos no
fueron informados de ello. Como resultado, los Swordfish, que iban armados con
torpedos equipados con nuevos detonadores magnéticos, atacaron accidentalmente
al Sheffield. Los detonadores magnéticos no funcionaron y el Sheffield
salió indemne.
A su regreso al portaaviones los Swordfish fueron
rearmados con torpedos de detonadores de contacto. Quince aviones llevaron a
cabo el segundo ataque, que fue lanzado a las 19:10. A las 20:47 los torpederos
iniciaron su ataque descendiendo a través de las nubes. Mientras se aproximaban
al Bismarck, éste disparó su batería principal contra el Sheffield,
impactándole con su segunda salva y matando a tres hombres e hiriendo a varios
más. El barco británico se retiró rápidamente tendiendo una pantalla de humo.
Fue entonces cuando los Swordfish lanzaron su ataque; el Bismarck
comenzó a virar violentamente mientras todas sus baterías antiaéreas intentaban
derribar a los torpederos. Consiguió evitar casi todos los torpedos que éstos
dejaron caer, pero dos le impactaron. Uno acertó hacia el centro del buque en
el lado de babor, justo debajo del cinturón acorazado principal. La fuerza de
su explosión fue contenida por el sistema de protección submarina, pero se
produjeron algunos daños estructurales y pequeñas inundaciones.
El segundo torpedo hizo blanco a babor de popa, cerca
del eje del timón de babor. Su explosión causó graves daños en el ensamblaje
del timón de babor, pues el acoplamiento fue destrozado y el timón no pudo ser
desenganchado; éste se quedó virado 12° a babor. La explosión también causó
importantes daños en la nave. El equipo de control de daños intentó
repetidamente retomar el control del timón, y con el tiempo consiguieron
arreglar el timón de estribor, pero el de babor permaneció atascado. Se sugirió
arrancar este timón con explosivos, pero Lütjens no lo permitió afirmando que
«No podemos poner en peligro la nave con medidas de este tipo». Consideró que
había un serio peligro de dañar las hélices, lo que habría dejado al acorazado
completamente indefenso. A las 21:15, Lütjens informó que el Bismarck no
era maniobrable.
El Hundimiento del Bismarck
Con el timón de babor atascado, el Bismarck
navegaba en amplios círculos, incapaz de huir de los barcos de Tovey. A pesar
de que la escasez de combustible había reducido el número de barcos británicos,
los acorazados King George V y Rodney estaban aún disponibles,
junto con los cruceros pesados Dorsetshire y Norfolk. Lütjens
informó al cuartel general a las 21:40 del día 26: «Barco imposible de
maniobrar. Lucharemos hasta el último proyectil. Larga vida al Führer.»
Después del amanecer del 27 de mayo, Tovey, a bordo
del King George V, dirigió el ataque contra el paralizado Bismarck.
El Rodney siguió la aleta de babor, Tovey pretendía navegar directamente
hacia el Bismarck hasta que estuviera a unos 15 km de distancia. Hacia
las 10:00 los dos acorazados de Tovey habían disparado unos 700 proyectiles con
sus baterías principales, la mayoría a muy poca distancia. El Bismarck
había quedado reducido a escombros, en llamas de proa a popa. Escoraba 20° a
babor y se hundía por proa. El Rodney se aproximó hasta los 2700 m, lo
que para sus cañones equivalía a disparar a quemarropa, y continuó arrasando el
maltrecho casco del acorazado alemán. Tovey no debía cesar el fuego hasta que
los alemanes arriaran sus banderas o estuviera claro que abandonaban el barco. El Rodney le lanzó dos torpedos
desde sus tubos de babor —un obús del Bismarck había estallado a veinte
metros de su proa y había dejado inservibles sus tubos de estribor, en lo que
había sido el disparo alemán que más cerca le acertó— y reclamó un impacto,
algo que, de acuerdo a Ludovic Kennedy, «Si fuera cierto, [es] la única ocasión
en la historia en que un acorazado torpedea a otro».
Hans Oels, primer oficial del acorazado alemán, ordenó
a los hombres bajo la cubierta abandonar el barco. También instruyó a la tripulación
de la sala de máquinas para abrir los compartimentos estancos del buque y
preparar cargas para echarlo a pique.
Sobre las 10:35 el Bismarck volcó hacia la
castigada banda de babor y se hundió por popa, desapareciendo de la superficie
a las 10:40.
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