El Yamato fue un acorazado de la Armada Imperial Japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Era la primera unidad de la clase Yamato, compuesta inicialmente por tres unidades que finalmente quedó reducida a dos, la segunda unidad fue el Musashi y la que iba a ser la tercera unidad fue reconvertido en portaaviones, denominado Shinano. La clase Yamato dio lugar a los acorazados más pesados y fuertemente armados jamás construidos, gracias a su desplazamiento de 72.800 toneladas a plena carga y su poderosa artillería compuesta de 9 cañones de 460 mm.
Nombrado en honor de la antigua provincia japonesa de Yamato, el barco fue puesto en grada el 4 de noviembre de 1937, botado el 8 de agosto de 1940 y entregado el 16 de diciembre de 1941 (9 días después del ataque japonés a Pearl Harbor). La construcción duró tres años y nueve meses en el astillero naval de Kure, donde el dique seco fue cubierto parcialmente con el objetivo de que la construcción se mantuviera en secreto.
DISEÑO:
Su diseñador fue el almirante Keiji Fukuda, que trazó los planos de la Clase Yamato en 1937 basándose en los estudios de su predecesor Yuzuru Hiraga, responsable de los cruceros pesados japoneses, especialmente la Clase Mogami. Se terminaron dos acorazados de la clase, el Yamato y el Musashi, mientras que un tercero, el Shinano, fue convertido en portaaviones durante su construcción. El Yamato fue diseñado para hacer frente a un buque de similares características artilleras (ver acorazado Missouri) o varias unidades menores de la Armada de los Estados Unidos, el principal rival marítimo del Imperio del Japón en el Pacífico. Sin embargo, paradójicamente el ataque a Pearl Harbor sepultó para siempre el concepto de la supremacía del acorazado.
Su diseñador fue el almirante Keiji Fukuda, que trazó los planos de la Clase Yamato en 1937 basándose en los estudios de su predecesor Yuzuru Hiraga, responsable de los cruceros pesados japoneses, especialmente la Clase Mogami. Se terminaron dos acorazados de la clase, el Yamato y el Musashi, mientras que un tercero, el Shinano, fue convertido en portaaviones durante su construcción. El Yamato fue diseñado para hacer frente a un buque de similares características artilleras (ver acorazado Missouri) o varias unidades menores de la Armada de los Estados Unidos, el principal rival marítimo del Imperio del Japón en el Pacífico. Sin embargo, paradójicamente el ataque a Pearl Harbor sepultó para siempre el concepto de la supremacía del acorazado.
Para diseñar el casco de los Clase Yamato se llevó a cabo una investigación con distintos modelos para determinar cuál podía proporcionar menor resistencia hidrodinámica pero al mismo tiempo que brindara un incremento en la eficiencia propulsora. Se crearon alrededor de 50 modelos y se probaron en el Centro de Investigación Técnica Naval en Tokio y de acuerdo al resultado de las pruebas se decidió utilizar un bulbo de proa, único para su época. Una de las principales características de esta configuración era que proporcionaba al barco una relación grande entre desplazamiento/eslora y una relación pequeña entre velocidad/eslora en comparación con otros acorazados. Además, su coeficiente prismático era de 0,612 (como referencia el Cp del Bismarck era de 0,56). Nota: Se define como coeficiente prismático Cp a la relación entre el volumen de la carena y el volumen de un prisma cuya base tiene igual área que la sección maestra y de longitud su eslora.
Los buques de la clase Yamato, fueron los acorazados más grandes de la Armada Imperial Japonesa, superando ampliamente a los anteriores acorazados de la Clase Nagato. Su eslora era de 256 m en la linea de flotación, 263 m la eslora máxima, la manga máxima 38,9 m y su calado máximo 10,86 m. Su desplazamiento a plena carga era de 72.800 toneladas, el mayor de todos los acorazados construidos.
La superestructura de los Yamato era diferente a las construidas anteriormente por la Armada Imperial Japonesa en otros barcos. Sus puentes, con una forma característica de mástil-pagoda, surgieron como resultado de la modernización y reconstrucción del mástil triple frontal.
MAQUINARIA PROPULSORA:
La maquinaria de los buques de la clase Yamato estaba compuesta por 12 calderas acuotubulares Kanpon, cada una con 12.500 CV. Las calderas estaban dispuestas en cuatro hileras, cada hilera en un cuarto separado. El Yamato contaba con 282 ventiladores, además de que fue el primer barco de guerra japonés en contar con sistema de aire acondicionado. Las calderas accionaban cuatro turbinas de vapor. Éstas hacían girar cuatro hélices de seis metros de diámetro. Esta maquinaria permitía a los buques de la Clase Yamato alcanzar una velocidad de 27 nudos, con una potencia indicada de 147.948 IHP, por lo que la capacidad de los Clase Yamato para operar junto a los portaaviones rápidos era limitada. Adicionalmente, el consumo de combustible era muy elevado. Como resultado, ninguno de los buques fue utilizado en combate durante la Campaña de las Islas Salomón o en las batallas menores entre 1943 y comienzos de 1944. El sistema de propulsión del Shinano fue levemente mejorado, permitiendo al portaaviones alcanzar una velocidad máxima de 28 nudos.
La maniobrabilidad para virar de los Yamato era superior comparada a la de otros acorazados. Su diámetro táctico era de 640 metros, mientras que su diámetro de avance era de 589 metros. Su período de giro era de 17,5 segundos. El Yamato contaba con dos timones, uno principal de 46 m², y uno secundario de 16,5 m². Las pruebas de uso de este timón secundario demostraron que era casi incapaz de hacer maniobrar la nave por sí mismo.
SENSORES:
En septiembre de 1943 se instaló el primer radar en el Yamato, un Tipo 21, conocido como Gō Dentai Kai 3. Se trataba de un radar de búsqueda aérea y de superficie, con un alcance de 120 kilómetros para grupos de aeronaves y 70 para aviones que viajasen en solitario. Sus antenas fueron instaladas en los brazos del director de tiro principal. Durante la modernización del Yamato en 1944 se instaló un radar de búsqueda en superficie Tipo 22, Gō Dentai Kai 4, con un alcance máximo de 35 kilómetros +/– 700 metros para acorazados, 20 kilómetros para cruceros y 17 kilómetros para destructores, con un margen de error de +/– 5°. Ese mismo año se instaló un radar de búsqueda aérea Tipo 13 Gō Dentai, el cual detectaba grupos a 100 kilómetros de distancia para flotas y 50 para aviones en solitario.
El Yamato estaba además equipado con un sonar Tipo 0, que podía detectar submarinos con el acorazado detenido o cuando avanzaba a muy baja velocidad.
ARMAMENTO:
Aunque el armamento principal de los Yamato consistía en nueve piezas de 460 mm, instaladas en tres torres triples, cada una con un peso de 2.774 toneladas. Cada cañón tenía 21,13 metros de largo, y pesaba 147,3 toneladas. Empleaban proyectiles perforantes de alto explosivo, capaces de alcanzar blancos a una distancia de 42 kilómetros con una cadencia de fuego de entre 1,5 y 2 disparos por minuto. Las baterías principales eran también capaces de disparar la munición antiaérea de 1360 kg conocida como el 3 Shiki tsūjōdan ("Tipo 3 común"). Se empleaba una espoleta de tiempo para ajustar la distancia a la que el proyectil estallaría (usualmente un kilómetro). Tras la detonación, cada uno de los proyectiles liberaba 900 tubos incendiarios que se abrían formando un cono de 20° hacia los aviones que se aproximaban. Una carga de demolición destruía la carcasa del proyectil para crear más metralla, tras lo cual los tubos entraban en ignición, ardiendo durante unos cinco segundos a temperaturas de 3000 grados centígrados. Aunque representaba el 40 % de la munición embarcada en 1944, el 3 Shiki tsūjōdan fue empleado solo ocasionalmente debido al excesivo desgaste que disparar este tipo de munición ocasionaba al ánima de los cañones. De hecho, uno de los proyectiles pudo haber estallado prematuramente en el Musashi, inutilizando uno de sus cañones durante la batalla del mar de Sibuyan. El objetivo de los proyectiles era crear una barrera de fuego que los aviones atacantes debían atravesar, aunque los aviadores estadounidenses lo consideraban más un artificio pirotécnico que un arma antiaérea funcional
Su batería secundaria comprendía doce cañones de 155 mm montados en cuatro torretas triples (una a proa, otra a popa y dos hacia el centro) y doce de 127 mm en seis montajes gemelos (tres en cada banda del acorazado). Además, el IJN Yamato portaba veinticuatro cañones antiaéreos de 25 mm montados hacia el centro del barco. Cuando fue reacondicionado en 1945 para combates en el Pacífico Sur, se modificó la configuración de su batería secundaria a seis cañones de 155 mm y veinticuatro de 127 mm, y se incrementó el número de los antiaéreos de 25 mm hasta las 162 unidades.
BLINDAJE:
Los acorazados de la Clase Yamato estaban equipados con un pesado blindaje. El cinturón principal, a lo largo de los costados de todo el buque, era de 410 mm de espesor, con la adición de mamparos de 355 mm de espesor tras el cinturón principal. Además, la forma superior del casco era muy avanzada, ya que se curvaba, maximizando eficazmente el blindaje y aportaba rigidez estructural, a la vez que optimizaba el peso. La armadura de las torretas principales sobrepasaba incluso el espesor del cinturón con una coraza de 650 mm de grosor. Las placas de blindaje del cinturón principal, y de las torretas estaban hechas de acero endurecido Vickers, el cual era un blindaje de acero reforzado. El blindaje de la cubierta de 75 milímetros de espesor estaba compuesto por una aleación de níquel-cromo-molibdeno. Las pruebas de balística en tierra en Kamegabuki demostraron que la aleación de la cubierta era superior a las placas homogéneas de Vickers en torno a 10-15 %. Adicionalmente se manipuló el nivel de níquel y cromo de la composición de las placas, lo que permitía que fueran dobladas sin llegar a fracturarse.
El relativamente nuevo procedimiento de la soldadura por arco fue usado extensivamente a lo largo de todo el buque, fortaleciendo la resistencia de las planchas de blindaje. Esta técnica, con la que se fortaleció la estructura del casco de todo el buque, se incluía como respuesta a los datos obtenidos tras las pruebas realizadas tomando como blanco artillero al acorazado Tosa, y a los nuevos proyectiles Tipo 91, los cuales podían recorrer grandes distancias bajo el agua. En total, los buques de la Clase Yamato contenían 1147 compartimentos estancos, de los cuales 1065 estaban bajo la cubierta acorazada.
Sin embargo, el blindaje de los Yamato sufría de carencias que probaron ser fatales entre 1944 y 1945. En particular, la pobre unión entre la parte alta y la parte baja de la cintura blindada, que creaba un punto débil justo debajo de la línea de flotación, lo que les hacía susceptibles de recibir daños mediante torpedos lanzados desde aviones. Estructuralmente, otro punto débil se encontraba cerca de la proa, donde el espesor del blindaje generalmente era más delgado. El casco del Shinano era más débil, ya que tenía un blindaje mínimo y ningún compartimento estanco en el momento de su hundimiento.
HISTORIAL:
A lo largo de 1942 actuó como buque insignia de la Flota Combinada japonesa, y en junio de 1942 el almirante Isoroku Yamamoto dirigió desde su puente la desastrosa, para Japón, batalla de Midway. El Musashi lo sustituyó como buque insignia de la Flota Combinada a inicios de 1943, y el Yamato empleó el resto de ese año y gran parte de 1944 desplazándose entre las islas Truk y el puerto de Kure en respuesta a las amenazas estadounidenses. A pesar de estar presente en la batalla del mar de Filipinas, el Yamato no participó en la misma, y la única ocasión en que disparó sus armas principales a objetivos de superficie enemigos fue en octubre de 1944, cuando lo enviaron a atacar a las fuerzas estadounidenses que invadieron las islas Filipinas durante la batalla del golfo de Leyte. A punto de conseguir la victoria, las fuerzas japonesas se retiraron creyendo que se estaban enfrentando a una flota de transporte estadounidense completa en lugar de a un pequeño grupo de escolta, que era lo único que se interponía entre el Yamato y los vulnerables transportes de tropas.
Durante 1944 la balanza del poder naval en el Pacífico se inclinó en contra de Japón, y a principios de 1945 la flota nipona debió permanecer en puerto por la crítica escasez de combustible. En abril de este último año, en un desesperado intento para frenar el avance aliado, el Yamato fue enviado a la isla de Okinawa con la misión de intentar protegerla de la invasión y combatir hasta el final. Sin embargo, submarinos y portaaviones de la armada estadounidense descubrieron su grupo de combate al sur de Kyushu, y el 7 de abril de 1945 fue atacado y hundido por aviones bombarderos y torpederos de un portaaviones de los EE.UU., lo que provocó la muerte de la mayor parte de su tripulación.
El final del IJN Yamato fue épico. El IJN Yamato y su escolta, compuesta
por el crucero Yahagi y ocho destructores, debería navegar a la isla de
Okinawa para atacar a las fuerzas de los aliados desplegadas en la zona. El 7 de Abril de 1945 el IJN Yamato fue avistado
por los submarinos norteamericanos Threadfin y Hackleback, quienes
dieron aviso a la principal fuerza de portaaviones estadounidenses. Los
portaaviones estadounidenses decidieron lanzar un ataque con oleadas de
280 aviones, bombarderos en picado y torpederos. Los destructores
japoneses rodearon al IJN Yamato en un intento por protegerlo, pero
minutos después decidieron separarse para atraer el fuego de los aviones
norteamericanos. En medio de la batalla, al perder el control del timón principal, el buque quedo
expuesto al ataque de los torpedos y las bombas que
seguían impactando y causando destrucción sobre la cubierta. Tiempo
después se dio la orden de abandonar la nave pero pocos minutos después
uno de los cuartos de municiones estalló dejando una nube en forma de
hongo de 6 kilómetros de altura, al hundirse el buque se creó una fuerte succión que impidió
que los tripulantes pudieran nadar lejos de la nave. El Yamato se
hundió rápidamente llevándose consigo la vida de unos 2.055 hombres de
una tripulación de 2.332. Desde el primer ataque hasta su explosión, el
ataque duro aproximadamente 2 horas, en las cuales el IJN Yamato recibió
un impacto total de once torpedos y ocho bombas.
El hundimiento del Yamato marco el fin del espíritu triunfalista de la
sociedad japonesa, hoy en día la palabra "Yamato" se utiliza para
representar el fin de una esperanza.
VIDEOS:
ENLACES:
- DKM Scharmhorst
- Acorazado Dunkerke
- Crucero de Batalla Hood
- Los acorazados de la Clase Bismarck
- Acorazado Nagato
- Acorazado Richelieu (1940)
- Acorazado italiano Vittorio Veneto
- Acorazados de la clase KingGeorge V
- Acorazado USS Missouri (BB-63)
- Clase Yamato (Wiki)
Se utilizó la soldadura eléctrica en las superestructuras, pero no en el casco,
ResponderEliminarpues en septiembre de 1935, debido a un fuerte temporal sufrido en la mar, dos destructores nipones de casco soldado eléctricamente se habían partido por la mitad y otros varios habían sufrido graves averías, por lo que en cada uno de los «Yamato» se emplearían más de seis millones de gruesos remaches. Vista después la triste suerte corrida por el acorazado alemán Bismarck tras recibir un torpedo en sus timones gemelos, en los superacorazados japoneses se instalaron dos timones, uno principal y otro auxiliar, separados quince metros en el plano longitudinal. Respecto a aviones de reconocimiento, cada uno de estos buques llevaría siete aparatos a bordo.
Sobre el blindaje, el escudo frontal de acero endurecido de las torres de la
artillería de grueso calibre tenía un espesor de 560 milímetros; el carapacho, de 270 mm., y los costados, de 410 mm. Las barbetas tenían un espesor que variaba entre los 560 y los 410 mm., y la coraza de los inclinados costados del casco13 y de los mamparos transversales de proa y de popa, también inclinados, que los unían, eran de 410 mm., lo mismo que el puesto de mando, situado en el puente de navegación. Es decir, aquel blindaje era suficiente para aguantar el impacto de un proyectil perforante de 457 mm. de calibre disparado por encima de los 20.000 metros de distancia.
La cubierta protectora, horizontal, era de 200 mm. de espesor, y las del
castillo y la toldilla, situadas fuera del gran reducto acorazado que alojaba
máquinas, calderas y pañoles de municiones, variaban entre 35 y 50 mm. Aquélla sólo podría ser atravesada por bombas perforantes de mil kilos dejadas caer desde una altura de 3.400 metros o superior, mientras que las últimas resistirían las de 250 kilos que pudieran lanzar los bombarderos en picado. La salida de humos a la chimenea llevaba una coraza horizontal— perforada por orificios de 18 mm. de diámetro — de 380 mm. de espesor. Los dos compartimientos de los timones portaban el mismo blindaje que el aparato motor y los pañoles de municiones, y el fondo de éstos iba protegido contra explosiones de torpedos o minas submarinas por planchas de 50 a 80 mm. de grueso. En total, el blindaje de estos acorazados suponía algo más del treinta y tres por ciento de su desplazamiento (peso), lo cual, si no llegaba al cuarenta por ciento, teórico, del de los modernos acorazados norteamericanos, no significaba que no fuesen los buques de guerra mejor protegidos (pasivamente) que hayan existido.
Respecto a su artillería, los mayores cañones navales a flote, que sólo
montaban entonces los acorazados británicos Nehon y Rodney, los
norteamericanos Maryland, Colorado y West Virginia y los japoneses Nagato y
Mutsu, eran de 406 mm. de calibre — diámetro del ánima del cañón — y escupían proyectiles de, respectivamente, 907, 1.117 y 993,4 kilos de peso. Pues bien, los «Yamato» montarían nueve piezas principales de 460 mm. de calibre, que lanzarían proyectiles de 1.460 kilos de peso, ¡13 toneladas por andanada!, a más de 41 kilómetros de distancia. Cada una de sus tres torres triples principales pesaba 2.774 toneladas, es decir, lo mismo que un superdestructor grande, y la terrible bofetada producida por la onda expansiva de cada cañonazo era, a quince metros de la boca de fuego, de siete kilos por centímetro cuadrado, o sea doble que la del disparo de una pieza de 406 mm., lo cual presentaba difíciles problemas para proteger de sus demoledores efectos al personal de la artillería antiaérea, ventiladores de máquinas y calderas, botes, etc.
Sin embargo, pese a tamaño esfuerzo de construcción en todos los órdenes y
por una ironía del destino, estos superacorazados nipones — los mayores buques de línea que se han construido — defraudarían en su rendimiento durante la segunda guerra mundial y serían hundidos con una facilidad insospechada. Y es que cuando se pusieron sus quillas ya estaban, efectivamente, sentenciados.