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viernes, 15 de noviembre de 2013

El Crucero Canarias al rescate del Acorazado Bismarck

El 27 de Mayo de 1941 sale apresuradamente del Arsenal Militar de Ferrol  el Crucero Canarias acompañado por su escolta de dos destructores. Una vez fuera de la ría toman rápidamente rumbo al Atlántico Norte, la tripulación no sabe nada, la misión es secreta.

Navegando en el medio de un gran temporal el crucero Canarias es capaz de avanzar a una velocidad que los destructores tienen muchos problemas para sostener, el oleaje les entra a los buques de través originando grandes balances, el canarias gracias a su gran francobordo y sus más de 10.000 toneladas resiste bien, pero los destructores embarcan mucha agua y retrasan la marcha del crucero, por lo que se les ordena que den vuelta y que regresen a Ferrol, mientras el Canarias continúa solo.
 
 

El temporal era tan violento que el Canarias también tuvo que aminorar bastante su marcha y hacer cambios de rumbo para evitar coger el mar de través. El día 29 de mayo llegaron a la zona asignada en la que había restos de un naufragio y muchísimo fuel-oil en el agua, que emanaba el olor característico que todos los marinos conocen. ¿Qué había sucedido? Los británicos habían logrado echar a pique al Acorazado Bismark, el barco de guerra más poderoso del mundo!
 

 
 
La Batalla del estrecho de Dinamarca (Battle of the Denmark Strait)
Todo había comenzado cuando los alemanes habían decido pasar al Océano Atlántico al Acorazado Bismark y al crucero pesado Prinz Eugen, dentro de la denominada Operación Rheinübung, una incursión en el Atlántico destinada a causar estragos en las rutas de mercantes aliados. Posteriormente se unirían al crucero Admiral Hipper, y acorazados gemelos Scharnhorst y Gneisenau que durante la Operación Berlín habían irrumpido en el Atlántico, realizado acciones corsarias contra el tráfico aliado y hundiendo más de 66.000 toneladas en buques mercantes en dos meses. 
 

Para evitar el bloqueo de los británicos, tratarían de llegar al Océano Atlántico pasando el Estrecho de Dinamarca (entre Groenlandia e Islandia), sin embargo esta vez los Británicos tenían preparados al Crucero de batalla HMS Hood y al nuevísimo acorazado HMS Prince of Wales.
Al amanecer del 24 de mayo, el tiempo mejoró y la visibilidad aumentó. La agrupación alemana mantenía un rumbo de 220º y se desplazaba a 28 nudos, cuando a las 0515, los hidrófonos del Prinz Eugen detectaron el ruido de buques por babor. A las 0537, los alemanes avistaron lo que creyeron que era un crucero ligero a unas 19 millas (38.480 yardas - 35.190 metros) por babor. A las 0543, otra unidad sin identificar fue avistada por babor, y seguidamente en el Bismarck y el Prinz Eugen se tocó zafarrancho de combate. A bordo del Bismarck, la identificación de los buques enemigos era dudosa, y eran ahora tomados por cruceros pesados. No obstante, al irse reduciendo las distancias pronto surgió el temor de que fuesen acorazados. Sus sospechas se verían confirmadas en apenas unos minutos. Los buques británicos eran el crucero de batalla Hood y el acorazado Prince of Wales.
 
Los buques británicos avanzaban hacia los alemanes a una velocidad de 28 nudos y con rumbo 280º, evidentemente  buscando acortar distancias rápidamente, en una maniobra al estilo Nelson, la razón se debía más bien a que eran conscientes de la vulnerabilidad que tenía la protección acorazada del Hood en combate a larga distancia, donde es fundamental la protección horizontal y que en este buque se conocía que era deficiente después de las explosiones de los cruceros de batalla británicos en Jutlandia (Invincible, y Queen Mary), los cuales seguían un esquema de protección similar.
Esta audaz maniobra de los buques británicos los ponía en una situación en franca desventaja, ya que los buques alemanes les estaban cruzando la T. En esas condiciones los buques británicos podían usar únicamente sus baterías delanteras, mientras que el Bismarck y el Prinz Eugen disparaban andanadas desde todos sus cañones. Varios minutos después de abrir fuego Holland ordenó un giro de 20° a babor, lo que permitiría a sus barcos hacer uso de todas sus torretas. 

Balance de fuerzas
Buque:
Bismarck
Prinz Eugen
Hood
Prince of Wales
Desplazamiento:
50.900 Tm
19.042 Tm
48.360 Tm
43.700 Tm
Armamento:
- Principal:
- Secundario:

8 x 380 mm
12 x 150 mm

8 x 203 mm
-

8 x 381 mm
-

10 x 356 mm
16 x 133 mm
Blindaje:
- Cintura:
- Torres:
- Cubierta superior:
- Cubierta acorazada:

320 mm
130-360 mm
50-80 mm
80-120 mm

80 mm
160 mm
25 mm
30 mm

305 mm
127-381 mm
38 mm
75 mm

348-374 mm
150-324 mm
-
124-150 mm
Velocidad:
30,1 nudos
32,2 nudos
30-31 nudos
28 nudos


Debido a la gran similitud de las siluetas de los buques alemanes, a las 0549, Holland ordenó concentrar el fuego sobre el buque alemán que marchaba en cabeza (el Prinz Eugen) creyendo que era el Bismarck. En ese momento los buques británicos cayeron 20º a estribor en un nuevo rumbo de 300º para acelerar todavía más la aproximación. A las 0552, justo antes de abrir fuego, Holland identificó por fin al Bismarck y ordenó cambiar de blanco sobre el buque de la derecha, pero por alguna razón el Hood continuó apuntando al buque alemán en cabeza. A bordo del Prince of Wales sin embargo, concentraron su tiro correctamente sobre el Bismarck que marchaba detrás del Prinz Eugen. De repente, a las 0552, y con la distancia ya reducida a unas 12,5 millas (25.328 yardas - 23.150 metros), el Hood abrió fuego, seguido del Prince of Wales apenas 30 segundos después a las 0553. Ambos buques abrieron fuego con las torres proeles, ya que debido a su desfavorable ángulo de aproximación, las torres de popa todavía no podían orientarse hacia el blanco. La primera salva del Prince of Wales cayó a la derecha a popa del Bismarck, después el cañón número 1 de la torre "A" cuádruple de proa quedó temporalmente fuera de servicio debido a fallos mecánicos y no pudo tirar más. La segunda, tercera y cuarta salvas del Prince of Wales cayeron largas. Las primeras salvas del Hood cayeron cortas respecto al Prinz Eugen.

Los dos buques alemanes concentraron sus salvas en el Hood, y un minuto después de iniciar sus cañonazos el Prinz Eugen le hizo impacto con un proyectil altamente explosivo de 203 mm; su explosión inició un gran incendio que fue prontamente extinguido. Tras disparar tres salvas de cuatro cañones, Schneider había calculado el rango exacto del Hood y ordenó inmediatamente una rápida salva de los ocho cañones de 380 mm del Bismarck. También ordenó a las baterías de 150 mm abrir fuego contra el Prince of Wales. Holland entonces ordenó un segundo giro de 20° a babor para poner sus barcos en un curso paralelo a los buques germanos. Lütjens mandó al Prinz Eugen cambiar de objetivo y atacar al Prince of Wales para así mantener a sus dos oponentes bajo fuego. A los pocos minutos el Prinz Eugen le hizo un par de impactos al acorazado británico e informó del inicio de un pequeño incendio.
Lütjens entonces ordenó a su crucero caer detrás del Bismarck para que pudiera seguir monitorizando la posición de los cruceros Norfolk y Suffolk, que estaban todavía a entre 19 y 22 km al este.
A las 06:00 el Hood estaba completando su segundo giro a babor cuando el Bismarck disparó su quinta salva. Dos de los proyectiles se quedaron cortos, cayendo en el agua cerca del crucero, pero al menos uno de los proyectiles perforantes de 380 mm le hizo impacto y penetró su delgada armadura de cubierta. El proyectil llegó hasta la santabárbara e hizo detonar 112 t de cordita. Una masiva explosión reventó la parte trasera del crucero, entre el mástil principal y la chimenea trasera; la sección delantera del buque avanzó brevemente antes de que la inundación de agua hiciera alzarse la proa en un pronunciado ángulo.Tras un intercambio de cañonazos de sólo ocho minutos, el Hood había volado por los aires junto a una tripulación de 1.419 hombres.
 

El Bismarck entonces pasó a disparar al Prince of Wales, y uno de los proyectiles de su primera salva atravesó el puente del buque británico sin explotar pero matando a todos los que se encontraban en el centro de mando menos al comandante de la nave John Leach y a otro hombre. El Prince of Wales consiguió hacer blanco al acorazado alemán con su sexta salva, pero los dos buques alemanes hicieron llover proyectiles sobre el acorazado inglés y le causaron severos daños. Los cañones del recientemente puesto en servicio Prince of Wales no funcionaron adecuadamente, y todavía tenía técnicos civiles a bordo. A pesar de su problemática batería principal, el acorazado consiguió hacerle blanco al Bismarck con tres proyectiles: el primero golpeó en el castillo de proa sobre la línea de flotación, pero demasiado bajo para que penetraran las olas en su casco, el segundo dio por debajo del cinturón blindado y explotó al chocar con el mamparo antitorpedos, infligiendo daños menores, y el tercer proyectil atravesó uno de los botes del acorazado y la plataforma de los hidroaviones sin detonar.

A las 06:13 Leach ordenó retirada, cuando sólo dos de sus diez cañones de 360 mm aún disparaban y su barco había recibido cuantiosos daños. El Prince of Wales hizo un viraje de 160° y tendió una pantalla de humo para cubrir su retirada. Los alemanes cesaron de disparar cuando aumentó la distancia. Aunque Lindemann abogó por perseguir al navío inglés y destruirlo, Lütjens obedeció las órdenes de la operación sobre evitar el combate con fuerzas enemigas que no protegieran un convoy y rechazó firmemente la idea, ordenando en su lugar al Bismarck y al Prinz Eugen poner rumbo a las aguas abiertas del Atlántico Norte.
 
En el transcurso del combate el Bismarck había disparado 93 proyectiles perforantes y había encajado tres impactos. El proyectil del castillo de proa había provocado la entrada de entre 1000 y 2000 t de agua que contaminó el combustible almacenado en la proa. Lütjens se negó a permitir una reducción de la velocidad para que los equipos de control de daños repararan el agujero del proyectil, que se hizo aún más grande y dejó entrar más agua. El segundo impacto causó algunas inundaciones y su metralla dañó la línea de flotación en la sala del turbogenerador, aunque el Bismarck tenía suficientes reservas de generador y esto no fue problemático. La inundación causada por estos dos impactos provocó una escora de 9° a babor y de 3° en proa.


La persecución
Poco antes de la 10:00 Lütjens ordenó al Prinz Eugen ponerse a popa del Bismarck para averiguar la gravedad de las fugas de combustible del impacto de proa. Tras confirmar «grandes corrientes de combustible a ambos lados de la estela el Prinz Eugen volvió a la posición de vanguardia. Sobre una hora después un hidroavión Short S.25 Sunderland británico informó de la mancha de combustible al Suffolk y al Norfolk, que se habían unido al dañado Prince of Wales. El contralmirante Frederic Wake-Walker, comandante de los dos cruceros, ordenó al Prince of Wales permanecer detrás de sus naves.

La Real Armada británica hizo llamamientos a todas sus naves en el área para unirse a la persecución del Bismarck y el Prinz Eugen. La Home Fleet del almirante Tovey navegaba para interceptar a los buques alemanes, pero en la mañana del 24 de mayo estaba todavía a 650 km de distancia. El Almirantazgo británico envió a los cruceros ligeros HMS Manchester, Birmingham y Arethusa a patrullar el estrecho de Dinamarca en el caso de que Lütjens decidiera volver sobre sus pasos. Al acorazado HMS Rodney se le ordenó unirse a Tovey. Los viejos acorazados HMS Revenge y HMS Ramilliestambién recibieron la orden de unirse a la caza. En total, seis acorazados y cruceros de batalla, dos portaaviones, trece cruceros y veintiún destructores fueron convocados a la persecución.

Con el tiempo empeorando, Lütjens intentó separar al Prinz Eugen que se pudo llevar a cabo a las 18:14. El Bismarck viró para encarar a la formación de Wake-Walker, forzando al Suffolk a alejarse a gran velocidad. El Prince of Wales disparó doce salvas contra el acorazado alemán, que respondió con nueve andanadas, ninguna de las cuales hizo blanco. La acción distrajo la atención de los británicos y permitió al Prinz Eugen desaparecer. Después de que el Bismarck volviera a su punto anterior, los tres barcos de Wake-Walker se posicionaron a babor del acorazado.
A pesar de que el Bismarck había sido dañado en el combate con el Hood y el Prince of Wales y se vio obligado a reducir su velocidad, seguía siendo capaz de navegar a 27-28 nudos (50-52 km/h), la misma velocidad máxima que el King George V de John Tovey. A menos que fuera frenado, los británicos no serían capaces de evitar que llegara a Saint-Nazaire. Poco antes de las 16:00 del 25 de mayo, Tovey separó el portaaviones HMS Victorious y cuatro cruceros ligeros para realizar una ruta que podría posicionarlos para lanzar sus aviones torpederos.  A las 22:00 el Victorious lanzó su ataque, que comprendía seis cazas Fairey Fulmar y nueve torpederos Fairey Swordfish. Los aviadores inexpertos casi atacan al Norfolk, equivocación que alertó a los artilleros antiaéreos del Bismarck. El acorazado alemán incluso utilizó sus baterías principales y secundarias para disparar lo máximo posible y crear salpicaduras gigantes en el camino de los torpederos, aunque ninguno de los aviones atacantes fue derribado. El Bismarck evitó ocho de los nueve torpedos que le lanzaron, pero el noveno impactó hacia el centro del buque, en el cinturón blindado, y causó daños materiales menores.

Poco después de que los Swordfish salieran de escena, el Bismarck y el Prince of Wales se enfrentaron en un breve duelo artillero, pero ambos fallaron sus disparos. Los equipos de control de daños del Bismarck retomaron su trabajo tras el breve cañoneo. El agua de mar que había inundado la caldera número dos de babor amenazó con penetrar en el turbogenerador número cuatro del sistema de suministro de agua, lo que habría permitido al agua salada llegar a los motores de la turbina. El agua salada habría destruido los álabes de la turbina y reducido considerablemente la velocidad del barco. Sin embargo, en la mañana del día 25 el peligro había pasado. El barco deceleró hasta los 12 nudos para permitir a los buzos bombear el fuel de los compartimentos delanteros hacia los tanques traseros; se conectaron con éxito dos mangueras que permitieron el trasvase de unos pocos cientos de toneladas de fuel.
Con la persecución adentrándose en las aguas abiertas del Atlántico Norte, los barcos de Wake-Walker se vieron obligados a navegar en zigzag para evitar a los submarinos alemanes que podían estar en la zona. Esto requería que los buques navegaran diez minutos a babor y otros diez a estribor para así mantener un mismo curso. Hacia los últimos minutos del viraje a babor, el Bismarck desapareció del radar del Suffolk. A las 03:00 de la madrugada del 25 de mayo Lütjens ordenó incrementar la velocidad al máximo, que en ese momento era 28 nudos, tras lo que mandó que el acorazado girara en círculo, primero hacia el oeste y después hacia el norte. Esta maniobra se realizó en el momento en que el navío alemán estaba fuera de los radares británicos, por lo que consiguió girar y colocarse tras ellos. El capitán del Suffolk asumió que el Bismarck se había perdido en dirección oeste, por lo que tomó esa derrota con el fin de localizarlo. Después de media hora informó a Wake-Walker de la situación, quien mandó a los tres barcos dispersarse tan pronto asomaran las primeras luces del día con objeto de hacer una búsqueda visual de la nave enemiga.
La Real Armada británica se embarcó en una búsqueda frenética del Bismarck. El portaaviones Victorious y sus cruceros de escolta fueron enviados al oeste, los buques de Wake-Walker continuaron al sur y al oeste y al almirante Tovey navegó hacia el centro del Atlántico. La situación se fue complicando puesto que muchos de los barcos ingleses estaban agotando su combustible.

La Fuerza H, centrada en el portaaviones HMS Ark Royal y procedente de Gibraltar, estaba todavía a un día de navegación de la zona de búsqueda. Sin saber que Wake-Walker los había perdido, Lütjens envió largos mensajes de radio al Grupo Naval Oeste, con base en París. Estas señales fueron interceptadas por los británicos, que determinaron su rumbo, pero éste fue erróneamente trazado y mantuvo a los barcos de Tovey en un curso equivocado durante siete horas. Para cuando el error fue advertido, el Bismarck había abandonado el área.
Un escuadrón de comando costero de hidroaviones Consolidated PBY Catalina con base en Irlanda del Norte fue convocado a la búsqueda para cubrir las áreas por las que se podría dirigir el Bismarck hacia la costa. A las 10:10 del 26 de mayo, un Catalina pilotado por el alférez de la Armada Norteamericana Leonard B. Smith localizó al Bismarck a unos 1280 km al noroeste de Brest. Su velocidad actual era lo bastante alta como para llegar bajo la protección de los U-boots y las Luftwaffe en menos de un día, y no había fuerzas británicas lo suficientemente cerca para detenerlo
La única posibilidad que tenía la Marina Real británica era el Ark Royal con la Fuerza H, bajo mando del almirante James Somerville. El Victorious, el Prince of Wales, el Suffolk y el Repulse se vieron obligados a interrumpir la búsqueda por sus bajas reservas de fuel, por lo que los únicos barcos pesados restantes, además de la Fuerza H, eran el King George V y el Rodney, pero estaban muy lejos para interceptar al Bismarck. Los Swordfish del Ark Royal ya estaban buscando en el área en que el Catalina había avistado al acorazado alemán, y varios torpederos también lo localizaron a unos 110 km del Ark Royal. Somerville ordenó un ataque de los Swordfish en cuanto regresaron, y fueron armados con torpedos. Separó al HMS Sheffield (C24) para seguir al Bismarck, aunque los aviadores de los torpederos no fueron informados de ello. Como resultado, los Swordfish, que iban armados con torpedos equipados con nuevos detonadores magnéticos, atacaron accidentalmente al Sheffield. Los detonadores magnéticos no funcionaron y el Sheffield salió indemne.

A su regreso al portaaviones los Swordfish fueron rearmados con torpedos de detonadores de contacto. Quince aviones llevaron a cabo el segundo ataque, que fue lanzado a las 19:10. A las 20:47 los torpederos iniciaron su ataque descendiendo a través de las nubes. Mientras se aproximaban al Bismarck, éste disparó su batería principal contra el Sheffield, impactándole con su segunda salva y matando a tres hombres e hiriendo a varios más. El barco británico se retiró rápidamente tendiendo una pantalla de humo. Fue entonces cuando los Swordfish lanzaron su ataque; el Bismarck comenzó a virar violentamente mientras todas sus baterías antiaéreas intentaban derribar a los torpederos. Consiguió evitar casi todos los torpedos que éstos dejaron caer, pero dos le impactaron. Uno acertó hacia el centro del buque en el lado de babor, justo debajo del cinturón acorazado principal. La fuerza de su explosión fue contenida por el sistema de protección submarina, pero se produjeron algunos daños estructurales y pequeñas inundaciones.
El segundo torpedo hizo blanco a babor de popa, cerca del eje del timón de babor. Su explosión causó graves daños en el ensamblaje del timón de babor, pues el acoplamiento fue destrozado y el timón no pudo ser desenganchado; éste se quedó virado 12° a babor. La explosión también causó importantes daños en la nave. El equipo de control de daños intentó repetidamente retomar el control del timón, y con el tiempo consiguieron arreglar el timón de estribor, pero el de babor permaneció atascado. Se sugirió arrancar este timón con explosivos, pero Lütjens no lo permitió afirmando que «No podemos poner en peligro la nave con medidas de este tipo». Consideró que había un serio peligro de dañar las hélices, lo que habría dejado al acorazado completamente indefenso. A las 21:15, Lütjens informó que el Bismarck no era maniobrable.



El Hundimiento del Bismarck
Con el timón de babor atascado, el Bismarck navegaba en amplios círculos, incapaz de huir de los barcos de Tovey. A pesar de que la escasez de combustible había reducido el número de barcos británicos, los acorazados King George V y Rodney estaban aún disponibles, junto con los cruceros pesados Dorsetshire y Norfolk. Lütjens informó al cuartel general a las 21:40 del día 26: «Barco imposible de maniobrar. Lucharemos hasta el último proyectil. Larga vida al Führer.»
Después del amanecer del 27 de mayo, Tovey, a bordo del King George V, dirigió el ataque contra el paralizado Bismarck. El Rodney siguió la aleta de babor, Tovey pretendía navegar directamente hacia el Bismarck hasta que estuviera a unos 15 km de distancia. Hacia las 10:00 los dos acorazados de Tovey habían disparado unos 700 proyectiles con sus baterías principales, la mayoría a muy poca distancia. El Bismarck había quedado reducido a escombros, en llamas de proa a popa. Escoraba 20° a babor y se hundía por proa. El Rodney se aproximó hasta los 2700 m, lo que para sus cañones equivalía a disparar a quemarropa, y continuó arrasando el maltrecho casco del acorazado alemán. Tovey no debía cesar el fuego hasta que los alemanes arriaran sus banderas o estuviera claro que abandonaban el barco. El Rodney le lanzó dos torpedos desde sus tubos de babor —un obús del Bismarck había estallado a veinte metros de su proa y había dejado inservibles sus tubos de estribor, en lo que había sido el disparo alemán que más cerca le acertó— y reclamó un impacto, algo que, de acuerdo a Ludovic Kennedy, «Si fuera cierto, [es] la única ocasión en la historia en que un acorazado torpedea a otro».

Hans Oels, primer oficial del acorazado alemán, ordenó a los hombres bajo la cubierta abandonar el barco. También instruyó a la tripulación de la sala de máquinas para abrir los compartimentos estancos del buque y preparar cargas para echarlo a pique.
Sobre las 10:35 el Bismarck volcó hacia la castigada banda de babor y se hundió por popa, desapareciendo de la superficie a las 10:40. 

VIDEOS:

Imágenes épicas de la Batalla del Estrecho de Dinamarca.


The battleship Bismarck and the heavy cruiser Prinz Eugen in battle with HMS Hood and HMS Prince of Wales.


LINKS:

1- Wikipedia: Battle of the Denmark Strait

2- Wikipedia: Operation Rheinübung

3- KBISMARCK: OPERACIÓN RHEINÜBUNG

4- El legendario crucero Canarias (C-21)

5- DKM Scharnhorst

6- MUSEO NAVAL DE FERROL

martes, 6 de agosto de 2013

El legendario crucero Canarias (C-21)

El legendario Crucero Canarias fue el buque más decisivo de todos los buques que tuvo la Armada Española en la historia reciente, su potencia de fuego y velocidad lo convertían en una máquina formidable, invencible frente a cualquier otro buque enemigo existente en España, solo temía a los torpedos, porque su escasa protección lo hacía vulnerable. Fue buque insignia desde el primer al último día que estuvo en activo, y fue el último crucero tipo Washington en darse de baja, posteriormente se quiso convertir en un buque museo, pero no se salvó y cayó victima del soplete igual que los demás.

El Canarías entrando por última vez en El Ferrol, pasando majestuosamente frente al Castillo de San Felipe.
El Canarias (C-21) fue un crucero pesado de la marina de guerra española, basado en los diseños del afamado arquitecto naval y asesor del Almirantazgo británico Sir Philip Watts (1846-1926) y en el tipo “County” (o clase “Kent”) británica derivada en los cruceros tipo “Washington” o “10.000” (alusión a sus 10.000 toneladas), y pese a que el proyecto, al decir de algunos, parecía querer mostrar una tecnología y diseño algo anticuados para la época, su construcción fue adjudicada el 31 de julio de 1928 a la SECN-Sociedad Española de Construcción Naval.
 
Crucero Canarias en las gradas del Astillero de la Sociedad Española de Construcción Naval, Ferrol.
Ordenada su construcción durante la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, el Canarias fue puesto en grada el 15 de agosto de 1928 y su botadura tuvo lugar el 28 de mayo de 1931 en presencia del recién nombrado Ministro de Marina, Santiago Casares Quiroga, cuya esposa fue la madrina. El 27 de septiembre de 1934, realizó sus pruebas de mar con una comisión evaluadora a bordo y aún sin su artillería. No entró en servicio hasta septiembre de 1936.
El Crucero Canarias en el dique nº 2 del Astillero, durante la fase de armamento.
Los cruceros clase "Canarias" eran buques que se ajustaban a las condiciones impuestas por el Tratado Naval de Washington de 1922, que limitaba el desplazamiento de los cruceros pesados a 10.000 t y su armamento a cañones de 203 mm. Botados sus dos componentes el 28 de mayo de 1931 y 20 de abril de 1932, respectivamente, en los Astilleros de la Sociedad Española de Construcciones Navales (una especie de subsidiaria de la Vickers & Elswick, que empleaba personal español) del Ferrol.

Los cañones procedían de la fábrica de San Carlos, en San Fernando, y las torres de Reinosa. Tenían dos torres a proa y dos a popa.

La artillería del Canarias era impresionante, en su primera acción de combate mando a pique un destructor republicano.
Eran buques de escaso blindaje aunque tenían gran potencial de fuego y una gran velocidad. Fueron los artífices de la superioridad en el mar, en calidad, que no en cantidad, de la armada de los sublevados durante la guerra civil.
 

Tomó parte en la Guerra Civil Española con los nacionales. Su velocidad de 33 nudos, junto con su artillería, hizo que fuese muy temido por los barcos de la Marina de la República durante la Guerra Civil, al igual que su gemelo, el Baleares; parecía que ambos podían aparecer en cualquier lugar en cualquier momento. Su potente artillería hizo que participase en varios bombardeos de costa, y participó en operaciones de bloqueo naval del Mar Cantábrico apresó varios buques con armas y suministros para la República.

Su primera acción fue en la Batalla del cabo Espartel, en septiembre de 1936, cuando hundió en aguas del Estrecho al destructor Almirante Ferrándiz, de la clase Churruca, después de inutilizar una de sus calderas con un tiro casi imposible (la tercera salva a 20 km de distancia), con lo que el Estrecho de Gibraltar quedó libre para el paso del ejército sublevado de África a la península.
El crucero pesado Canarias a toda máquina, desarrollaba unos 90.000 SHP, y alcanzaba 33 nudos.
Destructor de la Clase Churruca similar al que hundió a cañonazos el Canarias (destructor Ferrandiz), teóricamente era algo más veloz ya que alcanzaba 36 nudos, pero dado su menor tamaño se veía más perjudicado por las condiciones de mala mar.

El 12 de diciembre de 1936 hunde al vapor soviético Komsomol frente a Orán, hundimiento que tuvo repercusión internacional e hizo a los soviéticos más reticentes a utilizar sus mercantes en apoyo a la República.
Las líneas decasco del Canarias, con roda alta y generoso francobordo característico de los cruceros británicos, era sinónimo de un comportamiento marinero excepcional.
El 5 de marzo de 1937 tomó parte en la batalla del cabo Machichaco. El 25 de abril de 1937, junto con su gemelo, el crucero Baleares, acosó a la escuadra de la República cuando entraba en Cartagena tras bombardear Málaga. Después de un corto intercambio de disparos, los cruceros de los nacionales se alejaron para evitar a las baterías de costa de 380 mm. El 15 de agosto de 1937, cañoneó la ciudad de Alicante. En 1937, durante la ocupación de Málaga participó en el bombardeo de la carretera Málaga-Almería donde miles de civiles fueron masacrados en su huida hacia Almería.

En 1938 bombardeó el puerto de Barcelona. El 6 de marzo de 1938 participó en la batalla del cabo de Palos, en la que fue torpedeado y hundido el crucero Baleares. En agosto de 1938 interceptó al destructor José Luis Díez, que intentaba pasar al Mediterráneo, obligándolo a refugiarse en Gibraltar.
La poderosa artillería antiaerea del Canarias era capaz de poner en el aire más de 2 toneladas de bombas que lo convertían en una fortaleza frente a los lentos aviones republicanos.
Los mejores destructores quedaron en bando republicano, como el Jose Luis Diez, aunque se utilizaron con poco éxito.
Participó en la guerra de Ifni, efectuando bombardeos de costa y apoyando a las unidades terrestres sitiadas por el enemigo. El 7 de diciembre de 1957, una flota compuesta por el crucero Canarias, el crucero Méndez Núñez y los cinco destructores Churruca Almirante Miranda, Escaño, Gravina y José Luis Díez de la Clase Churruca realizó una demostración de fuerza para intimidar al Gobierno de Marruecos. Se apostaron en zafarrancho de combate frente al puerto de Agadir y apuntaron con sus piezas diversos objetivos de dicho puerto, sin disparar, contra la ciudad.
El crucero Canarias después de la Guerra Civil y una vez modernizando, cambiando de una a dos chimeneas.
Tras el conflicto, en mayo de 1962, trasladó a Atenas al ministro de marina, el Almirante Felipe José Abárzuza y Oliva, en calidad de embajador extraordinario del entonces jefe del estado Francisco Franco al enlace matrimonial de Juan Carlos de Borbón y Borbón y Sofía de Grecia y Dinamarca.

A principios de 1963, fue enviado en persecución del transatlántico portugués de 21 000 t Santa María, que mientras cubría la ruta Caracas-Lisboa-Vigo, fue secuestrado por un comando del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación, no llegando a encontrar el buque, que terminó refugiandose en Recife, donde los secuestradores recibieron asilo político.

El Canarias sufrió múltiples modificaciones para seguir en activo, estándolo hasta 1975 y siendo durante toda su vida útil el buque insignia de la Armada Española. Su dotación era de más de 1000 hombres y, mientras estuvo navegando, lo mandaron 43 capitanes de navío e izaron su insignia en él 31 almirantes.
 

Se convirtió en la más célebre unidad de la Marina de Guerra española, de la que fue su buque insignia durante casi cuarenta años, en los que sufrió no pocas reformas para mantenerlo operativo.

Fue dado de baja el 17 de diciembre de 1975, cuando era el último Washington (cruceros de acuerdo a lo reflejado en el Tratado Naval de Washington) en activo. Hubo intentos por parte de las ciudades de Barcelona, Cádiz, Santander, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y Ferrol, que se interesaron en salvarlo del desguace e iniciaron gestiones para lograr su cesión y convertirlo en buque museo. Ninguna llegó a fructificar, siendo finalmente subastado para desguace el 14 de septiembre de 1977, y adjudicado a la empresa de Madrid Mar S.L. en 62 205 636 pesetas.

Fuentes:
- Crucero Canarias
- Destructores Clase Churruca
- Batalla de Cabo Espartel
- ATAQUE DE AVIONES REPUBLICANOS AL CRUCERO ALMIRANTE CERVERA 
MUSEO NAVAL DE FERROL